Hoy celebramos a nuestro Padre Fundador, inspirador de nuestra forma de vivir y de sentirnos cristianos en Monte-Sión. Fue inspirado por el Espíritu en 1889 cuando nos dio esta forma de vida que ahora llamamos amigoniana, en la familia franciscana, siguiendo a Cristo según los Evangelios, con un acento especial para encontrarle tras el rostro de ese joven que se mete en problemas pero que necesita de una mano para recuperar su dignidad y su camino.
Esta noche celebraremos, en la Eucaristía de las 19.30 a este santo que esperamos que llegue un día a ser reconocido en los altares, aunque ya lo esté en nuestro corazón.
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